16 de gener 2006

Brindo por ello!!!!!

Después de pasar prácticamente toda la semana encerrada en casa haciendo los p.... trabajos de la Uni, el sábado necesitaba desconectar de todo y tenía cena + salida nocturna para celebrar el cumple del Ricard. Así de paso lo veía, que desde que hace dos años arbitró el abierto de Sants y luego se fue seis meses a estudiar inglés, no sabía gran cosa de mi amigo deportista, sanote y abstemio, aparte de que curraba mucho con su nueva empresa.
Aclaración: donde pone "arbitró" quiere decir, "acompañaba a la heladería de enfrente de la sala de juego a jugadores/as que hubieran terminado sus partidas, para escaquearse de los apuros de tiempo"; donde pone "se fue a estudiar inglés" quiere decir "se piró medio año a Australia, donde se dedicó a andar de juerga, viajar y hacer cocina experimental (o sea, preparar un plato mezclando lo que caiga más a mano independientemente de su sabor: me encanta:-)), mientras de inglés sólo aprendía nombres de deportes acabados en -ing"; donde pone "abstemio" quiere decir exactamente lo que pone (¿sorprendidos?); donde pone "curraba mucho" quiere decir... en fin...
Primero me pasé media mañana currando en el trabajo de TEB1 y rajando con Ivanag en el MSN. A la una me fui a BCN a buscar a Alf porque nos íbamos a comer con nuestra niña. Como estábamos cerca de Sants, por supuesto acabamos en el turco y cayeron un par de cacharros, pero la cosa no pasó a mayores.
La cena fue en Los Toreros (Ciutat Vella), un menú de esos con comida ilimitada por N euros, y regada con sangría. Yo pensé que estaba bien sentada, entre Ricard que no bebe y Alf que no bebe vino ni sucedáneos, pero los dos de enfrente (otro árbitro, Carles, y su compañero de piso Iván) resultaron ser unas esponjas de cuidado. Nos pasamos el rato diciendo a cada poco cualquier pijada a la que el vecino respondía "brindo por ello", y así, obviamente, brindamos mucho, aunque en algún sector de la mesa hubo varios renuncios a la hora de brindar. Al salir el Carles no parecía que se encontrase ferpectamente ni mucho menos, pero tampoco era para tanto.
Luego piramos a un bar muy friki que está muy abajo de las Ramblas. Se llama Tequila, es todo rojo porque no lleva kiwi:P e iba a explicar cómo era pero encontré esto en una web, y así practicáis inglés xDD:
Bar Tequila is kind of a heavy metal bar - but a really cozy, relaxed heavy metal bar, with a clientele that is not at all "metal". The main room has a bar down either side of it. There are a set of headphones at each seat along the bar, and there are scraps of paper and pens on the counter. You're encouraged to write down musical requests on the little pieces of paper and hand them to the DJ, who is a 60-year-old man in a tiny booth at the end of the room. The music - which is not played loudly in the bar itself - ranges from classic metal to more recent bands and hair metal to hardcore, with indie stuff like the Cure and the Pixies thrown in for good measure. The idea is that when a song comes on that you like, you can put the headphones on and hear it at a quite extraordinary volume to really rock out. It's very quirky and very fun, and Jeremy and I sat there for several hours, requesting the occasional song, drinking the local beer, and enjoying our last night in Barcelona.
Tiene buena pinta ¿no? Podéis ver fotos aquí y aquí. El Iván se puso a pedir chupitos de stroh (parece que es una costumbre del chaval, y como antes había contado que tiene en casa una botella de "alcohol de 96 grados para beber", tampoco me parece una costumbre tan rara) y, llevado por el entusiasmo, incluso convenció a un par de italianos que conoció en la barra de que se tomaran una ronda con él. Por la cara que llevaba luego uno de ellos, creo que no sabía bien qué era, y que nunca más pedirá uno.
Y na, los demás tampoco chumamos tanto, y todos nos reímos mucho. A las 4 cogí el Nitbus a Cerdanyola, porque los chiflados estos decían algo de ir al piso y aún acabaríamos probando los 96 grados esos...
Cada Iván que conozco es más peligroso que el anterior; me río yo de ése al que en Rusia llamaban el Terrible.