12 d’octubre 2012

Actualidad en más de 140 caracteres

Llegó el otoño, esa parte del año que va desde que cada día que estás en Barcelona parece que vas a derretirte hasta que llega el buen tiempo y las (para mí) larguífimas vacaciones de fin de año. Vuelvo a tener horarios y orden, y hasta estoy en plan serio y todo en lo de organizar mi tiempo.

El 1 de octubre regresé puntualmente a enseñar inglés para que mis alumnos viajen y no hablen español por ahí, que no les van a entender… o para que se busquen un empleo y una vida mejor en cualquier otro país. Caras conocidas, caras nuevas, gente que quiere empezar por debajo de iniciación total (!?!?!??!), gente que busca milagros, gente que te hace recuperar la fe que habías perdido en la humanidad…

Pensaba que no hacía falta aclarar esto, pero como hace poco me preguntaron… No, no doy clases de ajedrez, solo de inglés. No nos engañemos, aprender inglés es infinitamente más útil que aprender ajedrez y de todas formas, si alguien quiere aprender ajedrez, en Barcelona y sus alrededores hay bastante gente más capacitada que yo para enseñarle.

Como tengo los viernes libres, aprovecho para jugar el “Vila de Gràcia” en el Tres Peons. Tras dos rondas llevo 1,5: gané la que me dejaron ganar y tablas en la que no me dejaron ganar. Hoy no hay ronda porque es festivo aunque no esté claro qué se celebra (oficialmente, que alguien que nadie sabe dónde nació pero varios sitios se disputan ese honor con "pruebas irrefutables” dijo dibs al llegar en barco a la actual América y, como nadie había dicho nada antes…). Ha habido una concentración de patriotas en la Plaça de Catalunya y ahora están los nacionalistas catalanes y los españoles midiendo quién la tiene más grande (la capacidad de convocatoria). Cansinos… yo dentro de unas horas iré a otro tipo de concentración: Oktoberfest Barcelona.

Si sobrevivo, mañana escribo sobre lecturas y otras inquietudes culturales que no incluyen toros.