20 de març 2006

Un día en Girona

El martes pasado me fui a jugar el Campionat de Catalunya Universitari. La organización del torneo recae cada año en una uni distinta, y tuve tan mala suerte con la rotación que el año pasado se hizo en la UAB y este año tocó Girona. Hubo que joderse... y madrugar, porque me llevaba dos trenes y más de dos horas llegar a la sala de juego, y se suponía (ni caso, obviamente) que tenía que estar allí a las 9. Bufffff para que me queje de los madrugones del por equipos. Estos catalanes están locos.

En fin, conseguí llegar y me encontré muchas caras conocidas. Aunque alguno protestó por mi participación alegando que yo no estudiaba (qué fama, con lo angelito que soy y lo poco que piro) y que era asturiana, empecé a jugar sin problemas. Del torneo mejor no cuento nada porque no valió gran cosa y total las clasificaciones están aquí. Ganó Baches que era el que mejor jugaba, segunda quedé yo porque sólo perdí con él y gané las demás, y tercero el Josué, que fue probablemente el personaje más vacilado del día. Por unis ganamos nosotros gracias a que yo quedé delante del Josué. Por lo que me contaban mis compañeros la UAB no la vio más gorda en su vida. La nota de color la puso mi rival de la segunda ronda, que intentó enrocar con su dama, movió un caballo clavado y se dejó TODAS. Su explicación fue que "es que te vi en la lista que eras buena y me puse nervioso"; la explicación de otro de su uni fue "na, este no juega, se apuntó sólo porque le daban créditos".

Por supuesto, todo lo extraajedrecístico fue mucho más interesante. En el descanso pasé de mi equipo y me fui a comer con los de la UB, cuya oferta incluía vino y copa. Montamos un rajódromo bueno... El delegado está plenamente recuperado de su intoxicación etílica en Torrelavega 2002, pero sigue teniendo miedo a Simpa xDDDD.

Finalizado el torneo empieza lo verdaderamente friki del día. Ocho ajedreceros/as piramos a la estación de Girona y, como quedan 40 minutos para que salga nuestro tren, mientras los normales nos comemos un bocata, el resto se ponen a jugar rápidas. Lo peor fue que siguieron haciéndolo en el tren, a pesar de que no había mesas. Tablero al suelo, y ellos moviendo encorvados desde los asientos. El revisor, que no paró de un lado a otro del tren en todo el viaje, estaba hasta los cojones de nosotros y de nuestro tablerito en el suelo. Las caras del resto de los pasajeros os las podéis imaginar, porque encima comentábamos las jugadas y todo. Pero para ellos lo peor estaba por llegar. Lo peor se subió al tren en Granollers.

Juro que soy inocente. Ni siquiera le dije nada, pero es que no hizo falta. La Reina de las Frikis se subió a nuestro vagón y empezó a hablar. Primero a nosotros, porque le hizo gracia lo del ajedrez. Luego al público, al vacío, o quizá a alguien a quien sólo veía ella. El caso es que no calló hasta que se bajó en BCN (y ni así, seguro que sigue hablando). Se llamaba Yolanda: flaquísima, con rastas en el pelo, movimientos extraños, un colocazo que no veas y aportaciones como:
- El ajedrez es una forma de entrenar el cerebro. Se empieza por la telepatía, luego la telequinesia y luego la levitación. Yo he estado en el Tibet y he visto a gente levitar. Yo no te echo una porque te ganaría sin tocarlas.
- El poder de la mente es increíble.Yo a veces estoy en la disco, veo un tío que me gusta y pienso "que se me acerque, que se me acerque" y no tarda ni cinco minutos en acercarse.
- Hay siete dimensiones paralelas. Ahora mismo donde estais sentados hay más gente sentada. Los sueños, la meditación y las drogas son formas de entrar en las realidades paralelas que están a nuestro alredededor.
- Las drogas están de puta madre, lo que pasa es que hay que saber utilizarlas y que no te utilicen a ti. Hay una que te la tomas, te echas en la cama y haces un viaje astral. Ves tu cuerpo desde fuera y flipas, pero necesitas un chamán que te guíe.
- Hay una ciencia que es la numerología. Todos somos un número y con ese número te identificas cuando tienes un problema. Hay gente que no cree en esas cosas pero no es cuestión de creer o no creer, es ciencia.
- La media naranja no existe, sólo existen gajos. Coges uno de aquí y otro de allá y al final con suerte pillas hasta naranja y media. Lo que hay que hacer es follar mucho.
- Lo que pasa es que no se pueden decir estas cosas porque luego piensan que estás loca.
Y más, y mucho más... Yo no daba abasto anotando. Entre medias hizo gimnasia con la barra que hay para apoyarse si vas de pie, le contó una historia rocambolesca al revisor para justificar que no tenía billete, pidió pasta a la gente del vagón con la frase "como el dinero no da la felicidad, compartid conmigo algo de vuestro dinero para que yo sea feliz" y se sacó 5 euros, e interpretó media discografía de Alaska.
La próxima vez no me pillan desprevenida. ¡¡¡Ya tengo grabadora!!! Que se preparen los frikis de los trenes para pasar a la historia.