Más historias de Brujas con historias de (man)Gante(s)

Como lo prometido es deuda, aquí va otra entrada sobre mi excursión a Flandes. Supongo que diré algo sobre reyes, torres y caballos... pero nada de ajedrez:-) Si queréis fotos normales de sitios turísticos, vistas de las ciudades y esas cosas, ya sabéis que gracias a Google podréis encontrar muchas y mejores que las que pueda hacer yo con mis limitados conocimientos.

Llegamos a Brujas la noche de Navidad. Podría parecer que intentar cenar en Europa un 25 de diciembre a las 22 horas es misión imposible... Pero no, porque en Bélgica existe la bonita y (¿sana?) costumbre de las frituur. Comer patatonas en la calle es lo más normal del mundo, pero solo si no se tiene un novio que considera que 1ºC es "frío" xD, así que hicimos un take away. Total, esa noche estábamos alojados a dos minutos de la gran gran gran plaza de Brujas.

Sweet and tender hooligan:-) Alf echaba de menos el Espanyol y se hizo fan del Club Brugge KV.

Casi todas las ciudades de esta zona son muy parecidas. Hay dos o tres plazas grandes, con el ayuntamiento, o la catedral, o la iglesia importante de turno, y de esas plazas salen unas cuantas calles llenas de restaurantes y tiendas. Si te apartas de ahí solamente hay viviendas particulares, estás solo en la calle y no puedes hacer nada. En Brujas pillamos un día la que no era y... Y en Gante nos desvíamos del centro deliberadamente (bueno, yo deliberadamente y Alf medio a rastras porque no tenía ni idea de qué hacíamos xD) y acabamos en "casa xunsa" o como se diga. En ambas ciudades había una pista de hielo en la superplaza, con gente a todas horas, y coches de caballos para dar paseos turísticos.

Otra característica común es que por la noche, y eso de la noche llega pronto a esas latitudes, iluminan las fachadas de los edificios. Parece que no solo los edificios institucionales, y no solo porque es Navidad. En general son un poco derrochadores con eso de la luz, al menos para mi gusto. En tiendas y restaurantes siempre había mucha iluminación aunque estuviera cerrado, lo dejaban todo encendido.

Como la sede del tor... del congreso de frikis al que nos habían invitado en Brujas era el mismísimo Belfort, se imponía un ascenso a lo más alto. Cada uno a lo suyo: dejé al Alf en la mesa 1 (tengo foto por si alguien no se lo cree) y me fui a hacer cola para los 23 escalones de la entrada y después a galopar por los 366 del campanario. Por supuesto, todo estaba lleno de pintadas en plan "fulanito was here". Si en el Muro de Berlín abundaban las referencias a Leganés y otras localidades cercanas a Madrid, en el campanario de Brujas los mexicanos son los que más se han reído del cartel que prohíbe en 8 idiomas pintar las paredes. Puestos a comparar, me gustó más el ascenso hace ¡rediós, 8 años y medio! cuando era joven... a la torre de la catedral de Colonia. Eran 509 escalones, no estaban tan cuidados como en Brujas... No sé, era otra cosa. Recuerdo que cuando bajé en Colonia.. quería volver a subir xD Es que las escaleras de caracol colocan gratis:-) En Brujas cuando bajé me fui a por un wafel, que son un vicio.

El 30 por la tarde nos trasladamos a la ciudad natal de Karel V, ese rey que en nuestros libros de texto se llama Carlos I, hijo de Juana la Chiflada y Felipón el Buenorro. Aquí ya pasamos dos días y medio a nuestra bola, alojados cerca del centro y con tiempo para curiosear, comprar, probar las "delicias gastronómicas típicas" etc. Puentes, canales, un castillo (pero no este) y stop me if you think you've heard this one before pero odio las traducciones de nombres propios: ¿"catedral de San Bavón"?

En las ciudades belgas hay muchas tiendas de encajes y bordados, pero esta foto es del escaparate de una tienda de objetos católicos en Gante: estampitas, estatuas de vírgenes y santos, camisetas con la leyenda "Thank God I'm a V.I.P." y tangas con crucifijos, entre otras curiosidades.

En general nos gustó más Brujas que Gante. Para mí no es ninguna sorpresa que al Alf le gusten las brujas y ya me va bien:-) aunque habría que ver las dos ciudades en verano para opinar bien, porque la navidad estaba demasiado presente en ambas.